Qué ver en la Basílica del Pilar de Zaragoza: recorrido íntimo desde la Santa Capilla al Retablo Mayor
Son muchos los enclaves en los que conviene detenerse durante la visita a la basílica de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza.
La basílica del Pilar es una referencia para los católicos de todo el mundo, y especialmente para todos los creyentes castellanoparlantes, por la devoción que se tiene a la Virgen como patrona de la Hispanidad. Además de su relevancia para los fieles, también se trata de una visita muy recomendable desde los puntos de vista figurativo, arquitectónico y decorativo.
Entre los múltiples lugares de interés del templo destacan 10 que no hay que perderse por su incalculable valor artístico.
La Santa Capilla
La Santa Capilla, también conocida como el tabernáculo que alberga a la Virgen, está compuesta por un templete dentro de la basílica, que empezó a construir el arquitecto Ventura Rodríguez en 1750. Contiene la hornacina donde se venera a la Virgen del Pilar. La decoración escultórica fue dirigida por José Ramírez.
El Retablo Mayor
Esculpido por Damián Forment en el siglo XVI, el Retablo Mayor es una de las mayores joyas de la basílica del Pilar.
El coro mayor
Otra obra del XVI. En el coro mayor destacan los relieves de la sillería de madera. El coro constituye el centro neurálgico en torno al que gira una parte destacada de la vida religiosa de la basílica.
Regina Martyrum
El fresco Regina Martyrum en una cúpula de la nave norte, junto a la capilla de San Joaquín, es uno de los más destacados de Francisco de Goya, con sus característicos trazos de color.
La Adoración del Nombre de Dios
Realizada en 1772, la Adoración del Nombre de Dios es el fresco de Francisco de Goya más antiguo que alberga el Pilar. Cubre la bóveda del Coreto, al este de la Santa Capilla, y está considerada un ejercicio de estilo con el que el pintor aragonés quiso darse a conocer en Zaragoza.
Capilla de Santiago
La talla en madera de la Capilla de Santiago es obra de Antonio Palao. En las paredes hay pinturas de Mariano Pescador.
Capilla de San Joaquín
El grupo escultórico que conforma el retablo de la capilla de San Joaquín también fue tallado por Antonio Palao.
Capilla de San Pedro Arbués
En el espacio de la capilla de San Pedro Arbués, sobresale el retablo de madera imitando escayola realizado por García Gil. El relieve es de Palao.
Capilla de San Juan Bautista
Notable escultura del santo del artista Gregorio Mesa, en la capilla de San Juan Bautista. El Cristo, del siglo XVII, goza de una gran devoción.
Capilla de San Lorenzo
En la capilla de San Lorenzo, el retablo, proyectado por Ventura Rodríguez en el siglo XVIII, fue labrado por Juan Bautista Pirlet.
Capilla de San Braulio
Dentro de la capilla de San Braulio, destaca la escultura, que es de Salvador Páramo y acompaña a un sepulcro del obispo Francés y Caballero.
Capilla de San Antonio de Padua
Además del impresionante retablo borrominesco que preside la capilla de San Antonio de Padua, una de las más importantes, por patrimonio y devoción, sobresalen son los frescos de Luzán que decoran las bóvedas.